Siempre nos dicen que el consumo excesivo de azúcar es malo, parece que todo el mundo lo sabe pero no se toma real conciencia. La publicidad nos invade constantemente resaltando las «estupendas» cualidades nutricionales o cualidades psicológicas de bien estar de sus productos, y dándole menos importancia a las grasas, los azúcares y la sal, limintándose a poner las cantidades en sus etiquetas, casi incomprensible para muchos. Pero nosotros también tenemos parte de responsabilidad, al no informarnos y al comprar de manera habitual algunos productos que pasan a fomar parte de nuestra dieta diaria y la de nuestros hijos. En muchos casos los zumos en tetrabrick pasan a ser la bebida oficial de la merienda, los postres tipo flan, natillas, yogures de fruta, son el postre preferido y las galletas y cereales azucarados son parte del desayuno.
¿Qué harías si vuestro pequeño/a le agrega 4 o 5 cucharaditas de azúcar a su vaso de agua? (probablemente lo considerarías excesivo.)
Para que os hagáis una idea, una lata de refresco (330 ml) de cola tiene 35 g de azúcar, esto corresponde a 5-6 cucharaditas colmadas de azúcar o a 5-6 sobres de azúcar, y un inofensivo zumo de naranja individual (200 ml) contiene unos 24 g de azúcar, lo que significa unas 4 cucharaditas colmadas de azúcar.

El consumo diario recomendado de azúcar es:
Para niños menores de 2 años: sin azúcar
Para niños: 10 g (aprox)
Para adulto mujer: 20 g (aprox)
Para adulto hombre: 30 g (aprox)
¿Por qué debemos reducir el consumo de azúcar?
Favorece la aparición de caries, la diabetes y la obesidad.
Motivo suficiente para reducir su consumo.
Por último, es importante saber que aunque hay alternativas de edulcorantes que podrían ser más naturales (como el azúcar de caña, la melaza, los siropes…) sigue siendo azúcar, por esto, aunque se utilicen estos productos, su consumo siempre debe ser moderado.
Ilustración del terrón de azúcar es de Marta García Pérez